viernes, 25 de mayo de 2012

El segundo que lo cambió todo...

Entonces, cuando estabas sentado, solo y meditando, te diste cuenta de que paso frente a ti y no lo viste, que te grito con todas sus fuerzas y sus aires de trascender y tu sordera embriagada de egoismo lo ignoro. Te toco y como una caricia que el viento hace, tu piel antes tocada por la codicia ni si quiera lo sintió cerca, fue algo fugaz, efimero y casi, pero casi, intracendente para ti.

Cuando volteaste al pasado, recordaste todo lo que cambio y no apreciaste, pensante en todas esas personas que se fueron y no abrazaste. Pensaste en todo lo que tuviste y su vez en todo lo que dejaste... en todo lo que soñabas y lo poco, lo poco que lograste. Te volviste loco mordiendo tus labios, por esos besos que tenias que dar, y por orgulloso jamás diste. Quisiste por un momento irte a disculpar, pero la persona que ofendiste, ya no esta.

Justo ahora, en el ocaso de tus días, ves todos los errores que cometiste, los que sabias que cometias y los que si pudieras jamás de nuevo cometerías. Ahora admiras tu imponente tragedía, la caída de tu persona, admiras tu soledad, comprendes que no siempre es bueno ir a mil por hora. Las personas que debiste disfrutar, posiblemente no te recuerden, siempre fuiste el que no escucho a nadie, siempre fuiste el 'todo lo puede'.

Si de amores hablas con tu conciencia, posiblemente te vuelvas drama y no tragedía, te volviste viudo sin haberte casado, te volviste pobre sin tener un solo centavo, te quedaste sin amor... sin ni siquiera de un beso haber disfrutado. Te comiste el mundo a puños, y el mundo mi amigo te termino masticando a ti, pero tal es la vuelta de la vida, que el mismo mundo te ha vomitado.

Lo interesante de todo esto es que no te diste cuenta como fue, te preguntas el como y el porque, te partes la cabeza tratando de saber donde fue. Tu pregunta siempre es ¿Como no lo note?, le diste importancia a sin sentidos, le diste prioridad a vanalidades y a lo vicios. Disfrutaste de placeres, de lujuria, pero nunca disfrutaste de los tuyos.

Tarde te has venido a dar cuenta, que el tiempo no se compra, el tiempo se aprovecha. El tiempo no vale oro, lo que vale oro es dejar huella en el tiempo. Lo importante aquí es volver al pasado para vivir, no volver al pasado para lamentarse.

Y si, justo ahora, sentado y solo, te das cuenta que debiste verlo cuando paso frente a ti, que debiste escucharlo y dejar a un lado tu sordera. Acabas de notar que debiste dejar que te tocará, debiste dejar que trascendiera, que debiste haber dado todo en el momento que pudieras, que debiste haber amado a quien lo mereciera, que debiste disfrutar a tu familia, dar tiempo a la fiesta y la vida placentera.

La vida se te esfumo en un momento, aún hayan pasado 100 años parece que apenas fue en un parpadeo, ahora solo vives del recuerdo y viviras pensando en que no disfrustaste...

El segundo que lo cambió todo.





-Mariano P. Torres.